Calientes o frías, las ancestrales aguas aromáticas son más que
bebidas que aportan calor o refrescan. Entre sus múltiples propiedades
se destaca que son relajantes, antioxidantes, hidratantes y
reconstituyentes.
Por ello, ayudan a mantener una buena salud y a prevenir problemas
como la diabetes o la hipertensión, entre otros males. Muestra de ello
son las tradicionales recomendaciones de las abuelas: el agua de
hierbabuena, para los dolores de estómago y la pesadez estomacal; la de
caléndula, para la gastritis, y la de canela, para los cólicos
menstruales.
Sin embargo, tenga en cuenta que ante alguna enfermedad, estas no
reemplazan los tratamientos médicos. Para consumirlas, cualquier
momento del día resulta apropiado.
Por ejemplo, es bueno degustar una infusión aromática de menta,
hierbabuena o toronjil después de cualquier comida, para contribuir con
el proceso digestivo. En las horas de la mañana son mejores las aguas de
caléndula o manzanilla, con frutas como la papayuela o la fresa. Estas
infusiones crean un factor protector de la mucosa gástrica y son
cicatrizantes de úlceras y otros problemas gástricos.
En cuanto a la preparación, se puede hacer de dos formas. Una es la
infusión, que se refiere a la extracción de las sustancias aromáticas de
las hierbas, con una cocción en agua que no llega a hervir.
Esta se recomienda para plantas y flores delicadas, de textura suave y
poco fibrosas, como hierbabuena, toronjil, menta, caléndula,
manzanilla, poleo y salvia, entre otras. La segunda es la decocción, que
se usa para obtener los cocimientos y se hace al hervir el agua junto
con las hierbas, por varios minutos.
Esta es mejor para las plantas más robustas y muy fibrosas, las
cuales necesitan mayor tiempo y temperatura para la extracción de sus
principios activos.
Algunas son tomillo, romero, ruda, canelón, entre otras. En cualquier
caso, prefiera las plantas y frutas naturales y frescas, pues de esa
forma se asegura que las propiedades de las mismas estarán presentes en
mayor cantidad. Una muy buena forma de contar con aromáticas frescas
para infusiones es tener plantas en casa.
Para ello es necesario disponer de un lugar donde las plantas puedan
tener por lo menos tres horas de exposición al sol y un poco de agua (un
balcón, el jardín, el patio de ropas). Algunas de las plantas que
demandan muy pocos cuidados y que podría conservar en macetas en casa
son: hierbabuena, toronjil, menta, albahaca, tomillo, poleo, caléndula,
manzanilla, entre otras. Los siguientes son otros consejos relacionados
con las propiedades de las infusiones y sus beneficios.